XVIII Bienal de Fotografía de Córdoba

Nilo blanco

Ana María Robles

 Comisario:  Josep Mª Casanoves Dolcet

En un tronco ahuecado a modo de piragua atravesamos uno de los brazos del Nilo Blanco. Rio caudaloso que contiene islas fértiles ocupadas por una comunidad que vive en armonía compartiendo todo, utensilios, mantas, instrumentos y colaborando en las milenarias rutinas diarias. Es territorio de los “Mundari”, pastores nómades del Nilo. Por la mañana, poco a poco, las vacas son liberadas y lentamente se dirigen a pastorear dentro de la isla. Los niños se encargan de juntar el estiércol y prender las hogueras. Ellos nacen y crecen entre el ganado, se alimentan de su sangre y leche, se asean con su orina. Temprano, se los ve abrigados con mantas, cubiertos de ceniza, acicalándose.

Al atardecer, cientos de vacas Ankole regresan al campamento llamadas por el sonar de tambores. Van entrando a la niebla, al polvo y al humo producido por las hogueras de estiércol. Cada vaca tiene su lugar y atadas a una pequeña estaca se agrupan alrededor del fuego. Los hombres jóvenes encargados de su cuidado, las masajean meticulosamente con cenizas, hasta sus grandes cornamentas, para protegerlas de los insectos, en una ceremonia de total intimidad. Son vacas sagradas, intermediarias entre ellos y sus Dioses. El sustento de los Mundari, su posición social y dote para formar una familia depende de ellas.

Esto sucede en Sudán del Sur, el país más joven del mundo y también uno de los más pobres. Padecen una guerra interminable y las rivalidades tribales ancestrales persisten aún hoy. Según datos de Naciones Unidas, más de dos millones de personas han sido desplazadas y otros tantos han muerto. Vimos realidades desconocidas, no difundidas, escondidas. Este pueblo orgulloso, mayormente pacífico y hospitalario, es la tribu más resistente al cambio de los grupos nilóticos cercanos a Juba.  Sobrevive con su cultura milenaria en transición, hacia una cultura más sedentaria y occidentalizada (Ana María Robles).

ANA MARÍA ROBLES  (Buenos Aires-Argentina, 1952)

“Soy Médica Veterinaria y Psicóloga Social, mi pasión es la fotografía”, un camino de experiencias y sensaciones. Es un placer la captura del momento justo, el logro de una imagen, sentir la conexión con personas que viven con otra cosmovisión, las situaciones que se producen, la maravillosa buena onda de la gente. Me gusta saber de sus costumbres, de sus modos, de sus reacciones,  Me gusta la gente simple y  mostrar sus historias, sus vidas. Si la globalización se cumple, el mundo va a ser aburrido. Me refiero al avasallamiento de los pueblos y pérdidas de culturas, como está ocurriendo en todos los rincones del planeta».  

Ana María Robles es miembro de la Federación Argentina de Fotografía, FAF, y de la Federación Internacional del Arte Fotográfico, FIAP. Tiene las distinciones de Excelencia FAF, EFAF. Ha ganado diez Premios Cóndor de la FAF. Con una selección de veinte obras de Nilo Blanco, le ha sido otorgado en 2022 el título de Maestro FIAP, el máximo reconocimiento que otorga la FIAP a un autor por su obra fotográfica. Ha publicado en National Geographic y en Fotomundo de Argentina. Ha obtenido premios en salones nacionales e internacionales, entre otros en Serbia, India, Ucrania, Austria, Gran Bretaña, Dinamarca, Bulgaria, Irlanda, España y Catalunya. Ha hecho numerosas exposiciones en Argentina, Brasil, Portugal, España y Catalunya. 

www.anaroblesphotos.com 

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Nilo Blanco

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