Bárbara para siempre

En 1985 hablé por primera vez con Bárbara para que viniera a Córdoba y mostrara sus fotografías en la Posada del Potro donde había comenzado un interesante programa de exposiciones dedicado a grandes fotógrafos españoles; dos años más tarde, el 9 de marzo de 1987 se inauguraba su exposición en dicha sala. De aquella su primera visita a esta ciudad quedaron 18 obras en el Archivo Municipal de Córdoba regalándome dos de sus más «locas» imágenes corales: «Peor imposible» y «La moda española» de 1985 y 1986, respectivamente, fotos que he conservado toda mi vida con especial cariño.

Por entonces ya había publicado su primer libro «Naturaleza viva, Naturaleza muerta», había dado un montón conferencias en sitios tan importantes como el Centro Cultural de la Villa de Madrid o la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en el Palacio de la Magdalena de Santander, y además ya era conocida en medio mundo gracias a sus exposiciones en sitios de máxima relevancia como los Encuentros de Arles (para quien no lo sepa, el centro del mundo fotográfico de los años 70), la Spanish Tourist Oficce de New York, la Galería Seguier de París o el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

La última vez que nos vimos fue en la feria del libro de Madrid el 12 de junio de 2011 donde estaba firmando «Pan de verbo» que me dedicó tras una breve pero agradable charla porque había un buen número de admiradores esperando su turno. En los años siguientes seguimos manteniendo el contacto y las llamadas por navidad para desearnos lo mejor, y en la de 2019 me dijo que tenía ganas de volver por Córdoba. Le propuse formar parte del jurado del Premio Mezquita del año siguiente en el que hizo parte del trabajo, la selección de las colecciones finalistas, pero un catarrazo de cuidado le impidió asistir personalmente para decidir los premios.

Luego ya sabemos lo que vino, una pandemia como la copa de un pino, y dejamos de viajar y de otras muchas cosas que nos cambiaron la vida para siempre. Y así, un mal día de uno de los meses más bonitos de esta ciudad, me llegó la fatal noticia: Ouka Lele había fallecido en Madrid el 24 de mayo, mientras miraba la foto «Peor imposible» que siempre estuvo colgada en mi salón y que seguirá ahí como permanente homenaje a mi querida amiga y una de las artistas más importantes de la historia de la fotografía española. Sin duda serás Bárbara para siempre (José F. Gálvez).